Desde el momento que hay un enlace entre una pareja existe un compromiso de sacar adelante esa relación basado en el amor y respeto. Significa estar juntos y entregarse en cuerpo y alma, pero sin perder la libertad como ser humano.

Si esto le sucediera a uno de los dos se va a sentir atado ya que el amor es libre y la construcción de una vida en común se basa fundamentalmente en ese concepto.

Sin embargo los convencionalismos sociales son los que en algunas parejas hacen sostener, durante toda la vida, relaciones enfermizas,  imitar, mantener formas de vida o costumbres de otros, justamente por la falta de libertad consigo mismas. No soportan la idea de estar solos  y prefieren continuar con alguien que tal vez no aman, dejaron de amar o no llena sus expectativas o lo que es peor incluso solo porque les resulta cómodo. De ahí­ se deriva con gran facilidad a hechos de infidelidad, violencia doméstica, agresiones psicológicas, bajos niveles de autoestima o exigencias de servilismo.

Es muy común que a la hora de elegir pareja las creencias aprendidas, por lo general en la familia de origen, motiven a la persona a buscar estatus, apellidos, dinero, etc. Y les impida ser leales al ideal de amor, que seguramente poseen pero  al que no le pueden ser fieles

Lo que por lo general los lleva a caer en frustraciones y desvalorización de “si mismo” y de la pareja, a no reconocer que el desamor destruye al sistema familiar, los hijos quienes crecen sin el concepto de lo que es una pareja sana y se les hereda la actitud de ver la vida y la unión como algo material, superficial  por esto es importante que las relaciones siempre se definan pensando justamente en los observadores. Si los hijos crecen en un ambiente donde los padres no se aman y viven juntos solo por apariencias, ellos rechazarán la situación y no la querrán para ellos, pero interiorizan la actitud y de ella viene la tendencia a repetirlo.

Es posible reconocer las ataduras psicológicas que nos impiden trazar nuestro propio proyecto de vida, entre las más frecuentes están:

los miedos y culpas.

los estereotipos.

las conductas  heredadas.

la incapacidad de perdón.

las adicciones, a las drogas, alcohol,  las relaciones mal tratantes, la tendencia a “aparentar lo que no somos”,

el temor al rechazo,

Promovamos la libertad emocional para construir una vida de pareja estable y feliz, sobre todo, sin miedo a ser quien somos.